sábado, 6 de diciembre de 2014

El Paecismo (1830-1848) José Antonio Páez 1790-1873


José Antonio Páez


(Curpa, 1790 - Nueva York, 1873) Caudillo de la independencia venezolana, fundador y presidente de la Cuarta República de Venezuela. Al frente de su ejército de llaneros, contribuyó al triunfo del movimiento emancipador liderado por Simón Bolívar; el mismo Libertador destacó su papel en la decisiva batalla de Carabobo (1821), con la que quedó definitivamente afianzada la independencia de Venezuela.

Sin embargo, pese a la fidelidad y compromiso con el Libertador que había mostrado en las campañas militares, José Antonio Páez nunca asumió plenamente el proyecto de Bolívar de integrar las colonias liberadas en la «Gran Colombia» (1819-1830), confederación que agrupó los territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. Poco respetuoso con la cadena de mando y con cierta tendencia a extralimitarse en sus funciones como comandante en jefe del departamento de Venezuela, José Antonio Páez terminó liderando a partir de 1826 «la Cosiata», movimiento separatista venezolano que conduciría en 1830 a la desmembración de la Gran Colombia.

El mismo Páez dirigió la transición a la nueva Venezuela independiente, que se constituyó en República (la cuarta) y lo eligió como primer presidente (1831-1835). Reelegido para el período 1839-1843, el peso de su inmensa influencia política se dejaría sentir hasta 1847, e incluso en los tiempos del «Monagato» (1847-1858) y la Guerra Federal (1859-1863), etapas en que los liberales intensificaron la lucha contra la conformación conservadora que Páez había impreso a la República.


El Centauro de los Llanos


Muy lejos de la Caracas criolla de ímpetus revolucionarios y asideros conservadores de finales del siglo XVIII, José Antonio Páez nació en Curpa, en el actual Estado de Portuguesa, el 13 de junio de 1790. Descendiente de canarios, era hijo de Juan Victorio Páez y María Violante Herrera, ambos de fortuna muy escasa. La familia se encontraba más bien desarticulada; el padre vivía en la ciudad de Guanare y trabajaba para el gobierno colonial en un estanco de tabaco, mientras la madre iba asignando destinos a sus ocho hijos.

Cuando tenía ocho años de edad, Páez fue enviado por su madre a estudiar en una pequeña escuela de Guama. Obviamente, las letras no alentaban las expectativas de aquella familia, pues la colonia no reservaba muchos derechos para las clases desposeídas. Sin embargo, nada de esto sería impedimento para que su hijo se formara en aquello por lo cual se distinguiría. La escuela de Páez fue la que ofrecían los Llanos de Apure, y su estirpe era la del llanero. Grandes extensiones de tierras con vastos pastizales húmedos, secos o inundados, según la temporada, componían el paisaje de esta especie de hombres, cuya actividad era lidiar con las bestias del ganado caballar y vacuno en un horizonte que sólo se comprendía a sí mismo.

Huyendo de un incidente que le costó la vida a un bandido que quería asaltarle, Páez se internó en los Llanos y se empleó como peón en el hato de La Calzada, propiedad de Manuel Pulido. Bajo las órdenes del negro Manuelote, esclavo de Pulido y capataz de la hacienda, aprendió todo aquello que un llanero debe saber: ojear el ganado, medirse en el rodeo, armar la yunta, herrar, enlazar, colear. Para todo ello tuvo que aprender a montar de forma tal que su cuerpo se fusionara con la bestia hasta parecer un centauro. "Imagínese el lector cuán duro debía ser el aprendizaje de semejante vida (diría Páez en su autobiografía), que sólo podía resistir el hombre de robusta complexión o que se había acostumbrado desde muy joven. [...] Mi cuerpo, a fuerza de golpes, se volvió de hierro, y mi alma adquirió, con las adversidades en los primeros años, ese temple que la educación más esmerada difícilmente habría podido darle."

La ganadería se había convertido en ese entonces en un sustituto importante del arruinado comercio del cacao, y ello atrajo a muchos comerciantes a fundar haciendas allí donde conseguían rodear a unas cuantas bestias salvajes. Tal era el caso de Manuel Pulido y sería también el de Páez, a quien Pulido le ofreció la posibilidad de ayudarle en la comercialización del ganado en el hato del Paguey. Fue tal la destreza que adquirió Páez en esta actividad que decidió independizarse, conquistar sus propias tierras y vender su propio ganado.

Comenzó entonces una nueva vida para José Antonio Páez, que no abandonaría jamás. Cuando todavía ejercía de pequeño comerciante, en uno de sus acostumbrados recorridos de Acarigua a Barinas, conoció en el pueblo de Canaguá a Dominga Ortiz Orzúa, huérfana de diecisiete años con quien se casó en esa ciudad en julio de 1809. La vida conyugal se vería interrumpida por causa de la llamada Gran Guerra iniciada en 1811, y se nutriría únicamente de encuentros infrecuentes hasta 1821, año en que apareció Barbarita Nieves en la vida del futuro caudillo. Dos hijos nacieron del vientre de doña Dominga: Manuel Antonio y María del Rosario. 


La independencia de Venezuela


Como tantos otros venezolanos, Páez había permanecido ajeno a la intentona independentista del precursor Francisco de Miranda, que había encabezado en 1806 dos expediciones militares fracasadas al poco de desembarcar. Dos años después, sin embargo, las circunstancias históricas llevaron a una coyuntura mucho más favorable para aquellos criollos que aspiraban a la independencia: en 1808, Napoleón invadió España y obligó al monarca español a abdicar en favor de su hermano, José I Bonaparte.

Ello desató la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), conflicto que fue en gran medida una desgastadora guerra de guerrillas alimentada por el rechazo popular al rey francés, cuya autoridad fue contestada con el establecimiento en Sevilla de una Junta Suprema de España e Indias, relevada en 1810 por el Consejo de Regencia de Cádiz. El vacío de poder en la metrópoli fue aprovechado por los múltiples grupos que, desde variados puntos de la geografía hispanoamericana, venían conspirando por la independencia de las colonias.

En la Capitanía General de Venezuela, el golpe de mano tuvo lugar el 19 de abril de 1810: el capitán general de Venezuela, Vicente Emparan, hubo de renunciar a su autoridad en beneficio de la nueva Junta Suprema de Venezuela, teóricamente subordinada al Consejo de Regencia de Cádiz y, por ende, al depuesto monarca español Fernando VII. En la práctica, y a instancias de la Sociedad Patriótica fundada por Francisco de Miranda, el Congreso Constituyente convocado un año después proclamó la independencia de Venezuela (5 de julio de 1811) y emprendió la redacción y sanción de una Constitución Federal.

En realidad, más que una contienda separatista, el estallido de una verdadera guerra civil fue la consecuencia más inmediata de la declaración de independencia de Venezuela. Las diferencias entre los criollos patriotas y los criollos adeptos al todavía prisionero rey español Fernando VII no fueron sino una de las aristas del conflicto; el bando realista comandado por Domingo de Monteverde, que se oponía también al levantamiento, halló la mayoría de sus fuerzas militares en los recién configurados ejércitos de pardos y esclavos. La cuestión de fondo era una lucha entre clases y castas por la tenencia de la tierra, por la obtención o pérdida de privilegios políticos y por las reivindicaciones estamentarias de los desposeídos.

Nada diferente sucedía en los Llanos de Apure, donde la situación se vivió como un confuso llamado a las armas. Las noticias llegaban por intermedio de algunos dueños de haciendas, quienes, aterrorizados por la posible pérdida de sus tierras, decidían armar sus propios ejércitos. Tal fue el caso de Manuel Pulido, quien no tardó en convocar a Páez para que le ayudara a entrenar a sus hombres en pro de esta causa defensiva. En esta maraña de confusiones, cuyo resultado sería la derrota y capitulación de Francisco de Miranda (que había sido nombrado «generalísimo» del ejército republicano) y la caída de la Primera República en 1812, José Antonio Páez se definió como patriota y se incorporó a las tropas republicanas que mandaba Pulido.

El regreso de José Antonio Páez a los Llanos se produjo en 1813; en 1814 se trasladó a Mérida, donde permaneció hasta septiembre del mismo año, cuando volvió nuevamente a los Llanos. No saldría de este territorio hasta 1818, cuando sumó sus tropas a las del ejército del futuro «Libertador de América», Simón Bolívar, que había relevado a Miranda en el liderazgo del movimiento independentista. Páez, se dice, siempre estuvo enfrentado contra los realistas, con independencia de que los intereses que lo movilizaran tendieran, en un principio, más hacia la defensa de los territorios que hacia la llamada causa emancipadora.

Reclutado y prófugo del batallón realista a cargo de Antonio Tíscar en 1813, Páez logró armar progresivamente un poderoso ejército patriota que ya para 1818 era una de las principales fuerzas con las que contaban los independentistas. La estrategia de reclutamiento era la de ofrecer tierras a cambio de lealtad militar; esta táctica se convirtió en una de las armas más poderosas a favor de la definitiva obtención de la independencia en 1821, pero también fue lo que permitió a Páez convertirse en uno de los principales latifundistas del país.

Hasta 1816, las batallas libradas por José Antonio Páez como capitán de caballería perseguían sólo el propósito de la defensa y conquista de nuevos territorios; la batalla de las Matas Guerrereñas, en noviembre de 1813, es uno de los combates que se destacan de este período. Entre 1816 y 1818, sin embargo, José Antonio Páez se consolidó como jefe supremo de los ejércitos llaneros. Su carisma era impresionante, y su temeridad, no sólo en la estrategia del combate, sino también en el desconocimiento de la jerarquía de mando cuando lo consideraba necesario, le permitieron ganar adeptos en su escalada hacia la posición de máximo caudillo.

Fueron los tiempos de las famosas batallas de Chire, Mata de la Miel, Yagual y Mucuritas; en ellas se peleaba con arma blanca, se hacía el rodeo al enemigo, y se empuñaba la lanza con la cual la víctima caía abatida, luego de haber sido levantada casi a la altura de dos metros por el impacto del arma sobre su cuerpo a la velocidad del centauro. Se atacaba por varios flancos en forma simultánea, por la retaguardia y especialmente a contragolpe, el estilo preferido del caudillo, quien se hizo famoso por la táctica de "vuelvan caras", "¡vuelvan, carajo!" o "volver riendas", que consistía en hacerse perseguir por el enemigo y repentinamente darse la vuelta y emprender el contraataque. Fueron también los tiempos del retorno del rey Fernando VII al poder y del temible general realista Pablo Morillo, llamado el Pacificador, a quien no se lograría vencer sino hasta 1821.

Con el propósito de unificar los ejércitos venezolanos, Simón Bolívar se trasladó a los Llanos para entrevistarse con el general Páez; el encuentro se produjo el 30 de enero de 1818 en el hato Cañafístola. La unión de ambos ejércitos se realizó de manera inmediata, gracias a la predisposición de Bolívar a otorgar tierras a los llaneros y al carisma de Páez para seducir a sus hombres. Páez convenció a Bolívar de seguir una estrategia que los llevaría a enfrentarse con Pablo Morillo en las riberas del Apure y a vencerlo en la famosa batalla de las Queseras del Medio, el 2 de abril de 1819; con ello obtuvieron Páez y sus soldados el galardón de la Cruz de los Libertadores.

En 1821, después de un año de relativa calma, Bolívar rompió la tregua que había pactado con el general Morillo. Páez, acatando las órdenes del Libertador, partió a su encuentro desde Achaguas hacia San Carlos el 10 de mayo de 1821, con mil infantes, mil quinientos jinetes, dos mil caballos de reserva y cuatro mil novillos. La cita tenía como propósito planear la estrategia de aquella contienda conocida como la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), en la cual se venció definitivamente a los ejércitos realistas de Venezuela. "El bizarro general Páez (diría Bolívar al vicepresidente de Colombia), a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora todo él fue envuelto y cortado. Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. [...] La conducta del general Páez en la última y en la más gloriosa victoria de Colombia lo ha hecho acreedor al último rango en la milicia, y yo, en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe del Ejército."


La Cosiata


La batalla de Carabobo supuso la consolidación irreversible de la independencia de Venezuela; pero dos años antes de llegar a esta culminación, Simón Bolívar había ya comenzado a materializar su proyecto de construir una gran confederación al estilo estadounidense con las colonias liberadas. En 1819, el mismo año en que la victoria de Bolívar sobre los españoles en la batalla de Boyacá dio la independencia a la actual Colombia, quedó constituida en el Congreso de Angostura la «Gran Colombia» (1819-1830). Presidida por el mismo Bolívar, la flamante República agrupaba por el momento Venezuela y Colombia; pronto se incorporarían a ella Ecuador y Panamá.

La Venezuela adherida a la «Gran Colombia» había quedado dividida en tres departamentos: Venezuela (provincias de Caracas, Carabobo, Barquisimeto, Barinas y Apure), Orinoco (provincias de Guayana, Cumaná, Barcelona y Margarita) y Zulia (provincias de Maracaibo, Coro, Mérida y Trujillo). En 1821, José Antonio Páez asumió el cargo de comandante general del ejército del departamento de Venezuela, en cuyo ejercicio, lejos de consolidar la unión de la nueva gran república (como deseaba y esperaba Bolívar), acabaría convirtiéndose en el líder del movimiento de separación de Venezuela conocido como «La Cosiata» (cosa pequeña).

El clima de inestabilidad política existente en toda la Gran Colombia en 1825 sería aprovechado por Páez para iniciar su escalada definitiva al poder. Después de la toma del castillo de Puerto Cabello en noviembre de 1823, Páez se desligó progresivamente del poder ejecutivo y ejerció su poderío militar de forma independiente y extralimitada. En enero de 1826, Páez se vio implicado en las acciones represivas llevados a cabo por los batallones Anzoátegui y Apure, a propósito del reclutamiento de la población, en las ciudades de Caracas y Valencia.

Tales hechos llevarían al senado colombiano a suspenderlo de su cargo en virtud de las denuncias que habían presentado contra él las municipalidades de Valencia y Caracas. Páez debía comparecer ante el congreso colombiano, pero se negó y prefirió secundar las revueltas que, en su nombre, promovieron sus allegados. Ante el miedo a una nueva guerra, José Antonio Páez fue repuesto en sus funciones el 6 de abril de 1826.

La Cosiata estaba en proceso, y los conspiradores veían en la figura del caudillo al hombre capaz de consumar la separación de Venezuela de la Gran Colombia. A mediados de mayo de 1826, Páez fue nombrado jefe superior civil y militar de Venezuela; sin embargo, se comprometió a cumplir las leyes siempre y cuando se desconociera la autoridad de Bogotá, y el cabildo de Caracas y otras municipalidades secundaron su propuesta. Páez había sido instado entonces por los conspiradores, entre los que se encontraba Miguel Peña, a convocar una Asamblea Nacional Constituyente, y fijó para el 10 de enero de 1827 el inicio de las sesiones.

Bolívar, enterado de los acontecimientos en Perú, regresó a Venezuela con el objeto de poner orden, implantó una serie de medidas y ratificó a Páez en su cargo de jefe superior civil y militar. El fracaso de la Convención de Ocaña (1828), en la que fue imposible limar las asperezas, llevó a Bolívar a autoproclamarse dictador de la Gran Colombia, en un desesperado intento de salvaguardar la unidad. Venezuela, sin embargo, continuó su proceso de separación y, a finales de noviembre de 1929, una Asamblea celebrada en el Convento de San Francisco de Caracas desconoció la autoridad del Libertador y entregó el poder a José Antonio Páez.


En la presidencia de Venezuela


El 13 de enero de 1830 Páez estableció un gobierno provisional y convocó elecciones; el 20 de febrero se reunieron las Asambleas primarias que eligieron a los diputados del Congreso Constituyente de Valencia; el Congreso, reunido a comienzos de mayo, nombró presidente provisional de la República de Venezuela a Páez, quien formó gobierno con la camarilla que siempre le había acompañado. Comenzaba entonces la ingente tarea de pacificar y construir un Estado que comprendía un territorio empobrecido y desarticulado de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados, con una población aproximada de 700.000 habitantes.

El Congreso aprobó una Constitución pactada de corte centro-federal y nombró a José Antonio Páez, en marzo de 1831, presidente constitucional de la República de Venezuela para el período 1831-1835. El caudillo, que sería el eje central de la política venezolana hasta 1847, organizó una nueva oligarquía, hallada entre los antiguos hacendados y dueños de hatos, los generales beneficiados por el reparto de tierras, los comerciantes y la clase mantuana de siempre. Las bases del gobierno, aunque con algunos descontentos, eran medianamente sólidas.

La figura de Páez servía como mediación entre el Estado y los excluidos, mientras la oligarquía aseguraba su continuidad en el poder mediante el establecimiento de la participación censitaria en las elecciones y el voto indirecto. El presidente no logró ejercer el poder a nivel nacional en virtud de la desarticulación en la cual se encontraba el país, dominado por caudillos regionales sobre todo en las zonas de Oriente y los Llanos. Sin embargo, Páez dictó algunas medidas de importancia, como la organización de las finanzas públicas, la eliminación del sistema de alcabala y la supresión del monopolio del tabaco y de los derechos de exportación del café y el algodón.

El panorama político de 1834 perfilaba unos comicios reñidos. José María Vargas, representante del poder civilista, resultó electo por mayoría para el período 1835-1839. Pero inmediatamente estalló la llamada «Revolución de las Reformas», originada en las filas del ejército y liderada por Santiago Mariño, y nuevamente José Antonio Páez entró en escena con el objeto de pacificar la situación. En calidad de ministro de la Defensa logró apaciguar la insurrección; fue famoso su «Decreto Monstruo», en el cual se establecía la pena del cadalso para los cabecillas de la revuelta.

A pesar de haber implantado importantes medidas, sobre todo en la educación y la salud, José María Vargas renunció a su mandato en mayo de 1836, entre otras razones porque consideraba que Páez no le brindaba suficiente apoyo. El León de Payara fue otro de los apodos que recibió Páez con motivo de haber sofocado una segunda revuelta en 1837, mientras Carlos Soublette se encontraba a cargo de la presidencia.

En 1838 José Antonio Páez fue elegido nuevamente presidente constitucional (1839-1843). En este período Páez tuvo que afrontar el deterioro en los intercambios entre los países monoexportadores y los países en proceso de industrialización, pese a lo cual logró cancelar un 33 por ciento de la deuda contraída durante la guerra. Creó la Sociedad de Amigos del País y en 1842 repatrió los restos del Libertador. Paralelamente se creó la sociedad liberal caraqueña, futuro Partido Liberal de Venezuela, y el periódico El Venezolano, órgano de divulgación de la organización liberal, en franca oposición al gobierno. Antonio Leocadio Guzmán se erigió entonces como uno de los líderes de la oposición.

Hacia 1847, el partido liberal había cobrado fuerza en varias ciudades y barriadas del territorio nacional; su carácter policlasista vaticinaba la guerra civil que enfrentaría a los venezolanos a partir de 1859. En marzo de 1847, José Tadeo Monagas asumió la presidencia de la República con el apoyo de José Antonio Páez, como estrategia de los conservadores para calmar las aspiraciones de los liberales, encarnadas en figuras como el citado Antonio Leocadio Guzmán y Ezequiel Zamora.


El «Monagato» y la Guerra Federal


Sin embargo, no tardaría en instaurarse el llamado «Monagato» (1847-1858), década en que José Tadeo Monagas alternó el poder con su hermano José Gregorio Monagas, y Páez comenzó a sufrir las penas de la defenestración. En 1848, José Tadeo Monagas cometió un atentado contra el Congreso, y Páez asumió la defensa del mismo, esta vez por la vía del alzamiento y la revuelta. La primera asonada llevada a cabo por Páez en Calabozo y San Fernando terminó con la derrota del caudillo, quien huyó sin pensarlo dos veces a Nueva Granada. Desde Ocaña pasó a Santa Marta, en donde embarcó hacia Jamaica, Saint-Thomas y Curazao, para planear desde allí su segunda expedición.

El 2 de julio de 1849 desembarcó en la Vela de Coro con la intención de armar un ejército, pero falló en su intento y fue hecho prisionero y llevado al castillo de San Antonio en Cumaná. Mientras duraba su presidio, Páez era visitado por su hija María del Rosario y su esposa doña Dominga, reaparecida después de treinta años. Gracias a las diligencias de la esposa ante José Tadeo Monagas, Páez logró salir en libertad y embarcarse en el buque Libertador rumbo a Saint-Thomas. Hasta allí lo acompañó su mujer (28 de mayo de 1850) para cerciorarse de que llegaba en buenas condiciones, y cumplido tal propósito regresó para no volver a verlo jamás. De Saint-Thomas pasó Páez a los Estados Unidos, donde fue recibido con todos los honores en las ciudades de Filadelfia, Nueva York, Baltimore y Washington.

El país lo seguía aclamando ante las arbitrariedades cometidas por los hermanos Monagas; tal circunstancia explica su última participación en la vida política venezolana. Caído ya el Monagato, el presidente Julián Castro (1858-1859) lo nombró jefe militar. Había estallado la Guerra Federal (1859-1863), conflagración civil entre conservadores y liberales en la que el septuagenario fundador de la República iba todavía a tener su papel. Páez, en Valencia, organizó una confabulación para ser aclamado dictador cuando triunfara el bando conservador, y sin más se marchó nuevamente a Nueva York.

A su regreso, la coalición conservadora, encabezada primero por el presidente Manuel Felipe de Tovar (1859-1861) y luego por Pedro Gual, lo nombró comandante general de todos los ejércitos del gobierno. La estrategia de Páez era reconciliarse con los federales, pero esto irritó sobremanera al presidente Gual, quien entonces fue hecho prisionero; acto seguido se nombró a Páez dictador (1861). Sin embargo, sus intentos de negociación fracasaron, y en 1863 Antonio Guzmán Blanco le propuso abandonar el poder y firmar un acuerdo, el Tratado de Coche, por el cual se comprometían ambos bandos a terminar la guerra.

Los últimos diez años de la vida de José Antonio Páez estuvieron nutridos por los viajes que nunca había podido realizar y sus recuerdos, que convirtió en gloria. En su autobiografía evoca instantes como aquellos en Valencia cuando, para agradar a su amada Barbarita, representó Otelo junto a Carlos Soublette; o aquellos otros en que su figura de caudillo se transformaba por instantes en la de un excelente violonchelista.

Después de una larga estancia en Nueva York, todavía tuvo tiempo de visitar Brasil y Uruguay, y de establecerse en Buenos Aires, donde compuso una canción a una niña, intentó negociar con cuero de ganado y fue nombrado brigadier general de la nación por el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Regresó a Nueva York, de donde salió nuevamente hacia el sur en febrero de 1872. Cruzó el istmo de Panamá para viajar a Perú, donde fue recibido con honores, y vía México volvió a Nueva York, donde falleció el 6 de mayo de 1873.




Rafael Urdaneta






Rafael José Urdaneta Farías (Maracaibo, Capitanía General de Venezuela, 24 de octubre de 1788 — París, Francia, 23 de agosto de 1845) fue un militar y político venezolano, prócer de la independencia de Venezuela y último presidente de la Gran Colombia.

Carrera militar
El 20 de julio de 1810 se incorporó al movimiento revolucionario que estalló en Santa Fé de Bogotá y tres días más tarde, pasó a las filas del batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional creado por la Junta Suprema de Santa Fé. El 1 de noviembre de 1810 fue creado el primer batallón de la Nueva Granada, en el que Urdaneta se incorporó con el grado de teniente. En ese batallón también se iniciaron militarmente otros notables protagonistas de la guerra de independencia como Atanasio Girardot, Francisco de Paula Santander, Antonio Ricaurte y José D'Elhuyar.

Urdaneta participó en varias acciones durante la Campaña Admirable liderada por Simón Bolívar, destacándose bajo las órdenes del coronel José Félix Ribas el 2 de julio de 1813 en la batalla de Niquitao y siendo decisivo en el triunfo de la batalla de Taguanes contra las fuerzas realistas del Coronel Julián Izquierdo. En el informe al Congreso de la Unión en Tunja, Bolívar describió a Urdaneta como "digno de recomendación y acreedor de todas las consideraciones del gobierno por el valor e inteligencia con que se distinguió en la acción".

Después fue protagonista en numerosas acciones militares, entre las cuales destacan la batalla de Bárbula en 1813, la retirada hacia Oriente en 1814, la toma de Maracaibo en 1821 y la marcha hacia San Carlos, previa a la batalla de Carabobo, en la cual no pudo participar por órdenes de Bolívar, dado el grado de agotamiento de sus tropas. Sin embargo, por los servicios prestados, Bolívar pidió su ascenso a General en Jefe.

Posteriormente quiso acompañar al ejército libertador en las Campañas del Sur, pero no fue aceptado, ya que estimaron que su presencia era más importante en Colombia. En el 1824 fue nombrado Intendente del Zulia.

Fue uno de los jefes más leales a Bolívar. En 1828, desde la Secretaría de Guerra, le tocó juzgar a los responsables de la llamada Conspiración Septembrina, que atentaron contra Bolívar para ese momento presidente de la Gran Colombia.

Convencido sin prueba alguna, de la culpabilidad de Francisco de Paula Santander, lo condenó a muerte en juicio sumario, y siendo otorgado el destierro por la vida de parte del General Bolívar.

En 1830, en el Congreso Admirable trató de salvar la obra bolivariana y la unidad de la Gran Colombia encargándose de la presidencia al derrocar a Joaquin Mosquera, convirtiéndose en dictador y siendo el último presidente de la Gran Colombia. Famosa es la frase que, en una carta íntima, le transmitió Bolívar desde Barranquilla en 1830, poco antes de su muerte: "El no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos". Muerto Bolívar, Urdaneta propuso se convocase al pueblo para decidir sobre el Gobierno y renunció al mando. En 1831 celebró en Apulo una entrevista con el vicepresidente Domingo Caicedo y firmaron un acuerdo. Allí mismo pidió Urdaneta pasaporte. Escaparía al asesinato milagrosamente y se trasladó a Santa Marta.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Breve Historia de Venezuela




Breve Historia de Venezuela


 Historia de Venezuela

1. Antes del descubrimiento – 1498
Se ha establecido a través de hallazgos arqueológicos que el hombre apareció en el territorio que hoy conocemos como Venezuela, hace unos 16.000 años. Esta población había llegado por el sur de la región amazónica, por el oeste de la región andina y por el norte del Caribe.
Los primeros pobladores, eran fundamentalmente recolectores, cazadores y pescadores, en gran armonía con su entorno. Algunos eran nómadas y otros tenían asentamientos y una organización social bien estratificada con normas sociales de convivencia muy justas; también se han podido detectar algunos grupos más horizontales que fueron los más difíciles de someter por el conquistados español. En la región amazónica se pueden todavía encontrar grandes casas circulares o “Churuatas”.
Uno de los legados que nos dejaron estos primeros venezolanos, fueron las pinturas rupestres o los petroglifos, unos grabados en piedra.
2. La Llegada de los españoles – 1498
En el tercer viaje de Cristóbal Colón, el 2 de Agosto de 1498, se tocó tierras venezolanas, al llegar a la desembocadura del río Orinoco, después de haber pasado frente a la isla de Trinidad. Era la primera vez que los españoles tocaban la plataforma continental de América.
Colón observó de cerca la Península de Paria, después prosiguió su viaje pasando por el Golfo de Paria y bordeando la costa pasó cerca de la isla de Margarita, en donde pudo observar las primeras perlas. Luego siguió su viaje al Norte a la isla La Española.
3. La Conquista
La conquista fue el período que siguió a la llegada de los españoles a América. Fue un periodo de rapacidad, apropiación, saqueo y genocidio; característico de los procesos de colonización entre los siglos XV hasta el XIX. Los motivos de la conquista fueron fundamentalmente económicos: apropiación de territorios, sustracción de riquezas y de dominación, no obstante estos fueron disimulados bajo motivos supuestamente "nobles", de evangelización a poblaciones salvajes a la “verdadera fe”: el catolicismo.
Las poblaciones autóctonas ofrecieron una fuerte resistencia al intento español de conquistarlos. Uno de los Jefes de Tribus más valientes fue Guaicaipuro, el jefe (cacique) de la tribu Caracas de la etnia Caribe.
En su lucha contra los españoles, se mostró como un sagaz estratega de los ataques inesperados, no obstante, los españoles contaban con armas más sofisticadas y finalmente fue capturado por Diego de Losada, quien unos meses más tarde fundó la ciudad que llamó Santiago de León de Caracas, el 25 de Julio de 1567.
4. La Colonia
A diferencia de México o de Perú, que tenían muchas riquezas (oro y plata), las provincias que constituían a Venezuela no eran muy importantes para España. Estas cinco provincias (Venezuela, Cumaná, Mérida o Maracaibo, Margarita y Guayana) dependieron primero de Santo Domingo y luego de Santa Fe de Bogotá, quien fue posteriormente "ascendida" a Virreinato (Como México y Perú).
El cultivo de mayor importancia fue el del Cacao. A partir de 1620, y por los próximos dos siglos, fue el producto de exportación más importante de Venezuela. Para cultivarlo vinieron muchos inmigrantes de España, y en particular de las Islas Canarias. Más tarde, ante la necesidad de más gente para cultivarlo, trajeron esclavos negros de África. Los barcos que los traían, cargaban luego Cacao para llevar a México. El escaso control de la colonia española en este comercio la condujo a propiciar la creación de la Real Compañía Guipuzcoana.
El movimiento pre-independista más importante, fue el de Francisco de Miranda. Después de haber participado en la independencia de los Estados Unidos y de haber luchado en la revolución francesa, Miranda (el único americano que figura en el arco de triunfo de París), con el apoyo de Inglaterra y de los Estados Unidos, parte de Nueva York, en enero de 1806, en el buque Leander, con 200 hombres y dos buques más.
El desembarco en la costa venezolana no pudo realizarse, por que los buques españoles que custodiaban los puertos libraron una batalla naval, en la que Miranda perdió dos de sus buques, huyendo a Trinidad. Con la ayuda del gobernador de la isla, organiza una segunda excursión que logra desembarcar el 3 de Agosto en la Vela de Coro. Sin embargo, Miranda no consigue el apoyo de los colonos, ya que muchos desconfiaban de el y hasta lo consideraban un agente inglés. Miranda abandonó el país y regresó a Inglaterra.
5. La Independencia
La independencia de Venezuela se inicia en Caracas, el 19 de Abril de 1810, cuando un grupo de criollos caraqueños aprovechó la excusa de que en España estaba mandando un francés, para convocar una reunión del cabildo y proclamar una Junta independiente hasta que Fernando VII volviera al trono de España. El Capitán General, Vicente Emparan, no estuvo de acuerdo con esto, y cuando desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al pueblo que se había reunido en la plaza mayor (hoy plaza Bolívar) si quería que el siguiera mandando, el presbítero José Cortés de Madariaga, le hizo signos a la multitud para que contestaran que "NO". Y eso fue lo que ocurrió. Emparan dijo que entonces, el tampoco quería mando, renunció y se fue a España con sus colaboradores. Se había iniciado el proceso de independencia de Venezuela.
El 5 de Julio de 1811, los miembros de la Sociedad Patriótica, convencieron a todos los congresantes, con excepción de uno, de declarar la independencia de Venezuela, olvidándose de una vez de la defensa de los derechos de Fernando VII. Esto marcó la fundación del Estado Venezolano.
El Jueves Santo de 1812, un fuerte terremoto sacudió al país, matando a más de 10.000 personas y causando una gran destrucción en Caracas y otras ciudades. Allí es cuando Bolívar pronunció su famosa frase: "Aunque la naturaleza se oponga, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca". Sin embargo los realistas, y muchos religiosos que los apoyaban, aprovechándose de la ignorancia del la gente, decían que aquello era el castigo de Dios.
Miranda, quien había recibido el título de Generalísimo y poderes absolutos para defender la nueva patria, fue derrotado y no le quedó más remedio que rendirse en San Mateo el 25 de julio de 1812, firmando un armisticio, el cual no fue cumplido por Monteverde quien lo mandó a encarcelar cuando se preparaba para ir al exterior. Igualmente, mandó a matar a miles de personas, incluyendo mujeres y niños, entre los patriotas (los que apoyaban la independencia). Miranda murió encarcelado en la cárcel de La Carraca, en España, el 24 de Julio de 1816. También había muerto en forma prematura la Primera República.
SIMÓN BOLÍVAR había sido encargado de defender Puerto Cabello, pero fracasó y debió huir a Cartagena, donde escribió el Manifiesto de Cartagena, empezando a perfilarse como un gran estadista y también como estratega. Con este manifiesto logró el apoyo del Congreso de Nueva Granada y consiguió los recursos materiales y humanos para iniciar lo que se llamó la Campaña admirable, que se inició con la toma de San Antonio del Táchira, el 1 de Marzo de 1813 y culminó con la entrada triunfal en Caracas, el 7 de agosto de 1813.
Con la entrada de Bolívar a Caracas, queda instituida una nueva república que controlaba todas las provincias menos Guayana y Maracaibo. Sin embargo, a la semana de haber llegado tuvo que volver a salir para luchar contra Monteverde, quien se había refugiado en Puerto Cabello. En septiembre, los realistas reciben refuerzos de España. Sin embargo, los éxitos militares de los patriotas continuaron durante 1813, forzando a Monteverde a salir del país.
Un elemento que fue determinante en la caída de esta joven república fue la aparición de un caudillo español realista, José Tomás Boves, quien con su liderazgo y la promesa de darles las riquezas de los blancos, comandó un poderoso ejército de llaneros pardos.
Después de varias victorias de Boves fue acercándose a Caracas. Lo que siguió fue el pánico. La crueldad de Boves era legendaria y la población de Caracas, unida a la que ya había huido de otras partes del país, emigró hacia Oriente. Cuentan que en esta huida murieron más personas que en el terremoto mismo.
Lo que siguió fue una serie de batallas en dónde no había un claro ganador, hasta 1817 en donde los independistas logran conquistar Guayana y Margarita. No es sino el 24 de junio de 1821 que se desarrolla la batalla de Carabobo, en donde el ejército comandado por Simón Bolívar, derrotó a Miguel de La Torre, consolidando la independencia de Venezuela. A partir de ese momento, solo quedaron unas posiciones aisladas, que fueron derrotadas por Bermúdez en Cumaná (octubre 1821), por el almirante Padilla en la batalla naval de Maracaibo (24 julio de 1823) y por José Antonio Páez, con la captura del fuerte de Puerto Cabello, el 8 de noviembre de 1823. Venezuela fue un país completamente independiente.
6. La Guerra Federal
En el año 1830 sucedieron varios eventos que marcaron el final del período de la independencia: La muerte de José Antonio de Sucre y de El Libertador, Simón Bolívar, la separación de Venezuela de la Gran Colombia, la nueva constitución de 1830...
En 1831 José Antonio Páez, héroe de la independencia, asumió la presidencia. Este sería su primer mandato y también el principio de una serie de cambios en el poder, de un caudillo a otro. Es el período que se conoce como el caudillismo.
Entre 1859 y 1863, se desató en Venezuela una contienda civil, denominada la guerra federal. Por un lado se encontraban los conservadores y por el otro los federalistas o liberales. Los conservadores pertenecían a la oligarquía (también se les denominaba los mantuanos) y no deseaban ni creían en la igualdad, ya que preferían mantener sus privilegios, los federales, por su parte, estaban liderizadas por Ezequiel Zamora, Antonio Guzmán Blanco y Juan Crisóstomo Falcón. Buscaban la elección popular y la caída de la oligarquía. Al vencer en 1863, mediante el "decreto de garantías" consagraron varios derechos que hoy en día se dan por sentados y se consideran naturales, como el derecho a la vida, a la propiedad y la inviolabilidad del hogar.
Desde 1870 y hasta 1887 gobernó en Venezuela el general Antonio Guzmán Blanco. Lo hizo en tres períodos que se denominaron: Septenio (7 años 1870-1877), el Quinquenio (2 años 1879-1884) y la Aclamación o Bieno (1886-1887). Durante las presidencias de Guzmán Blanco se transformaron las ciudades y en particular Caracas: Se construyó entre otros, el Capitolio, La Plaza Bolívar y el Teatro Municipal. Se crea el panteón nacional donde se guardan los restos de los héroes nacionales. También se mejoró la infraestructura de comunicaciones (carreteras Caracas-Valencia, Puertos de La Guaira y Puerto Cabello, vías férreas para ferrocarriles...).
Lo que siguió fue un período de inestabilidad, hasta que el Tachirense Cipriano Castro llegó al poder, saliendo de Colombia al mando de 60 hombres y llegando a Caracas, el 22 de octubre de 1899, luego de librar varios combates, en lo que se conoció como la "Revolución Restauradora". Primero fue nombrado presidente provisional, hasta que se modificara la constitución en 1904 y luego fue nombrado presidente para el período 1904-1911. El vicepresidente era Juan Vicente Gómez, también Tachirense, uno de los generales que formaba parte de los 60 hombres que habían acompañado a Cipriano Castro.
Gómez en varias oportunidades también se encargó de la presidencia, cuando Castro se ausentaba del país. Pero, en una de esas oportunidades, cuando Cipriano Castro se encontraba en París, Juan Vicente Gómez tomó el poder, prohibiéndole la entrada al país a su antiguo jefe. Eso fue el 19 de diciembre de 1908. Había consumado el golpe de estado que lo mantendría en el poder 27 años, hasta su muerte en diciembre de 1935.
La oposición a Gómez fue brutalmente reprimida. Sin embargo, en la Universidad Central, los estudiantes encabezados por Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt en febrero de 1928 sostuvieron discursos, huelgas y disturbios pero fueron aplastados por los militares. Esto es lo que se ha conocido como la GENERACIÓN DEL 28.
Es durante el período de Gómez que se inició la industria Petrolera Venezolana. Muchos trabajadores del campo emigraron hacia las zonas petroleras, en donde conseguían trabajo más fácilmente. Algunos de los aspectos positivos que tuvo este período fue precisamente el favorecimiento de las inversiones extranjeras (en particular en el sector petrolero que permitió a enezuela el desarrollo petrolero que tiene hoy en día), y el pago de la deuda externa que agobiaba al país (aunque a un costo muy grande).
7. La transición hacia la democracia representativa:
Con la muerte de Gómez, el 17 de diciembre de 1935, se termina una de las dictaduras más férreas de la historia del país y culmina el período que llamamos el "caudillismo" para iniciar una transición hacia la democracia. El general Eleazar López Contreras, ministro de guerra y marina quedó encargado de la presidencia hasta el final del período de Gómez, el 19 de abril de 1936. En las elecciones presidenciales resultó electo para el período 1936-1943, pero él mismo solicitó que se modificara la constitución para acortar el período a 5 años, es decir hasta 1941.
En 1941 asumió el poder otro general, Isaías Medina Angarita quien propició una apertura democrática, modificando la constitución para permitir la creación de partidos considerados "revolucionarios" y para establecer el sufragio universal y directo, para los diputados, aunque aún no para la presidencia. Durante el período de gobierno de Medina Angarita no hubo presos políticos, ni exiliados o perseguidos políticos. Sin embargo, Medina fue derrocado el 18 de octubre de 1945 por una junta de gobierno, presidida por Rómulo Betancourt y con la participación de varios oficiales del ejército.
La junta de gobierno duró 3 años en sus funciones, hasta que modificó la constitución y convocó elecciones generales directas, resultando electo el escritor Rómulo Gallegos. Sin embargo este duró poco tiempo en el poder, ya que fue derrocado a los pocos meses, a finales de 1948, por una junta de gobierno presidida por Carlos Delgado Chalbaud. A los dos años el presidente fue secuestrado y asesinado, asumiendo el poder Germán Suárez Flamerich. En 1952 se realizaron elecciones que ganó el candidato de la oposición Jóvito Villalba. Sin embargo, se produjo un fraude electoral y Marcos Pérez Jiménez asumió el poder hasta 1958, cuando tuvo que huir del país, ante el descontento nacional.
8. La democracia representativa
Al irse de Venezuela el 23 de enero de 1958, el dictador Marcos Pérez Jiménez, una junta de gobierno presidida por el contralmirante Wolfang Larrazabal prometió que se realizarían elecciones libres antes de finalizar el año. En esas elecciones, un social demócrata, Rómulo Betancourt, resultó ganador. Tuvo un período de gobierno bastante tumultuoso, por la existencia de un sector de la izquierda que consideró que la única manera de hacer una revolución socialista en Venezuela era a través de las armas y formó un frente guerrillero..
Al gobierno de Rómulo Betancourt siguió el de su co-partidario, Raúl Leoni, quien instituyó un gobierno de "amplia base" con participación de varios partidos en su gabinete. En este Gobierno se produjeron los más duros enfrentamientos con los grupos guerrilleros, hubo miles de desaparecidos y torturados. Fue tan brutal que los jefes de la guerrilla comenzaron a negociar el proceso de pacificación, el cual concluyó el Demócrata Cristiano Rafael Caldera.
Rafael Caldera firmó la "Ley de Reversión", primer paso hacia la nacionalización de la industria petrolera, en la cual se establecía que en 1983, se revertían todas las concesiones petroleras que habían sido otorgadas a las empresas petroleras extranjeras. Al final de su período de gobierno, ocurrió un evento que marcaría profundamente la sociedad venezolana de los próximos años: En octubre de 1973, como consecuencia de la "guerra de los seis días" entre Israel y Egipto, los países árabes realizaron un embargo petrolero que ocasionó que los precios pasaran de 3 $/barril a 14$/barril, triplicando el presupuesto de la nación de 14 a 42 mil millones de Bolívares.
Carlos Andrés Pérez (CAP) se encontró con un problema que muy pocos gobernantes del mundo han tenido: ¿Qué hacer con tanto dinero? Lo que parece increíble es que a todo el caudal de ingresos adicionales que recibió CAP por el incremento de precios del petróleo, se añadió el endeudamiento por las grandes inversiones que debían hacer de Venezuela un "gran País". Es durante este período que se promulgó la "Ley orgánica que reserva al estado la industria y el comercio de los hidrocarburos", mediante la cual se "nacionalizaba" (se debería decir "estatizaba") el petróleo, a partir del 1 de enero de 1976.
En los períodos siguientes, bajo los presidentes Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi se inició un fuerte proceso inflacionario que aún no se ha parado, se inició la fuga de capitales y una fuerte recesión económica que condujo a la primera devaluación de la moneda nacional, el Bolívar, en muchos años. Fue el llamado "Viernes Negro" (18 de febrero de 1983) que los venezolanos de esa época recuerdan como el fin de la bonanza y el inicio de una crisis que aún perdura. Al terminar el gobierno de Jaime Lusinchi, las reservas internacionales del país estaban en uno de los niveles más bajos de la historia, lo que obligó al próximo presidente, Carlos Andrés Perez a tomar una serie de fuertes medidas neoliberales, lo que se denominó como "El Paquete( de medidas económicas)".
Entre las medidas estaban la eliminación del régimen de cambios diferenciales que llevaba más de 5 años, la eliminación de restricciones para las tasas de interés, la eliminación de subsidios y de controles de precio, así como el incremento de los precios de la gasolina. A los pocos días, el 27 y 28 de febrero, se produjo algo que no se había visto en Venezuela por muchos años: un estallido social de gran envergadura, en el cual hubo disturbios y saqueos por parte de turbas que iban destruyendo todo lo que conseguían, tanto en Caracas como en las áreas vecinas de Guarenas, Guatire, La Guaira, Catia La Mar y en los valles del Tuy. El gobierno reprimió por la fuerza los disturbios con el ejército en la calle y suspendiendo las garantías constitucionales, dejando un saldo de numerosos muertos. Es lo que se conoce como el "Caracazo".
El Caracazo fue la primera demostración de que los pobres y excluidos de Venezuela, existían, aún cuando fueron duramente reprimidos. Esa situación llevó a un grupo de jóvenes oficiales a levantarse y en 1992, hubo dos intentos de golpe de estado: El 4 de febrero, un grupo de oficiales, intentó tomar el poder. Francisco Arias Cárdenas, logró el control total en el estado Zulia, apresando al gobernador del estado, Oswaldo Álvarez Paz. Otro de los implicados, Hugo Chávez Frías, encargado de tomar la capital fue apresado, y ante las cámaras de televisión del país, asumiendo con mucha valentía la responsabilidad por lo ocurrido, declaró que "por ahora", debían parar en su intento de cambiar el rumbo del país. Unos meses más tarde, el 27 y 28 de noviembre, se produjo un nuevo intento golpista, cuando otros oficiales, Gruber Odreman y Visconti también fracasaron, teniendo que huir hacia el Perú.
En el año 93, la presión política contra el gobierno siguió aumentando y Carlos Andrés Pérez fue progresivamente perdiendo el apoyo de su mismo partido, lo cual condujo a que en el segundo trimestre del año en curso, se le siguiera un juicio en contra por mal uso de la partida secreta, lo cual condujo a su destitución, unos meses antes que terminara su mandato presidencial. El historiador Ramón J. Velásquez fue nombrado presidente interino, hasta tanto se eligiera el próximo presidente, Rafael Caldera. En los primeros años, su gobierno fue de corte "populista", en donde se volvieron a establecer controles de precios y no se subió el precio de la gasolina, que estaba alcanzando unos niveles tan bajos que la hacían una de las más baratas del mundo, llegándose a vender bajo su precio de costo más transporte, es decir con pérdidas. En la segunda parte de su gobierno, tuvo un cambio radical, también neoliberal, que se llamó la "Agenda Venezuela".
9. Hugo Chávez y la democracia participativa y protagónica:
En diciembre de 1998, sucedió un fenómeno electoral impensable unos años atrás. Los dos principales partidos del establecimiento AD y COPEI, no recibieron ni siquiera el 5% de los votos. Hugo Chávez, candidato del Movimiento V República (MVR), ganaba ampliamente las elecciones, sobre el ex-gobernador de Carabobo, Enrique Salas Römer, quien había fundado un movimiento político denominado "Proyecto Venezuela".
Al llegar a la presidencia, Hugo Chávez convocó a un referéndum (que resultó positivo) para decidir si se cambiaba la constitución. Posteriormente se eligió una Asamblea Constituyente que redactó la nueva constitución de la "República Bolivariana de Venezuela", la cual fue aprobada en otro referéndum, abriendo un nuevo capítulo en la historia de Venezuela.