martes, 25 de junio de 2013

Periodo Neoindio 1000 a.C / 1500 a.C




Culturas de la yuca y el maíz


Esta determinado esencialmente por la agricultura y la estabilización de los cultivos de asentamiento. Las ultimas investigaciones consideran la existencia de un tercer centro de desarrollo cultural tipificado por el patrón andino , con relaciones culturales con el antiplano colombiano y los andes centrales , que se caracterizaría por la existencia de una cerámica simple,arquitectura incipiente y un sistema de subsistencia basado en el cultivo de tubérculos como papas ,ruba,cuiba ,oca y ulluco. la arquitectura consiste en construcciones como terrazas agrícolas y bóvedas alineadas por piedras (mintoyes) utilizadas como tumbas y silos para el almacenamiento de productos agrícolas.en los llanos occidentales hay evidencia de construcciones artificiales asociadas ala agricultura ,que consisten en terraplenes, campos elevados ,camellones o calzadas que funcionaban como muros de contención de las aguas en zonas anegadizas y permitían , entres otras cosas , atravesarlas a pie. Hay también indicios de canales de riego en las riberas de los ríos Turbio, Tocuyo , Yaracuy, Gueque y de agricultura de regadío entres los caquetios,de quienes se conoce su practica prehispanica de la represa , o busco . de la que sacaban acequias principalmente para el riego con aguas de la sierra de San Luis (Falcon). Tambien hay indicios de canales en las margenes del rió Mamo y en la zona del Orinoco.


     El intercambio como práctica comercial

La actividad comercial, desarrollada mediante el intercambio generalizado de productos, incluyó tanto formas primarias como una especialización en los artículos que se intercambiaban. Se han reportado productos naturales y artesanales en varios lugares, cuya presencia solo se explicaría por el trueque, viajes, movilizaciones humanas y búsqueda de nuevos parajes, lo que seguramente fue origen de actividades bélicas organizadas.

Existen testimonios también de que los timoto-cuicas (Andes) canjeaban productos agrícolas, sal de urao y tejidos de algodón por el pescado de los grupos caribes del sur del lago de Maracaibo. Desde las costas falconianas, al parecer, hubo un intercambio de sal hacia el interior del territorio.

La arqueología y la etnohistoria han comprobado estrechas e intensas relaciones entre las distintas sociedades de la Venezuela prehispánica y la existencia de una especie de red de comercio en la que los llanos de Barinas, Portuguesa, Cojedes y Apure serían un área significativa de vínculos con la zona andina, la costa caribe y la cuenca del Orinoco.

Asimismo, se tienen noticias de la utilización de caracoles de agua dulce como moneda y de la existencia de algunos puntos de intercambio comercial, como el mercado de pescado del Orinoco Medio, el de curare del Alto Orinoco o las playas de tortugas del río Guaviare.    

    
Pueblos de alfarería


El trabajo de dar forma a la arcilla hasta secarla y luego someterla al fuego, se conoce como alfarería. La mayoría de los pueblos indígenas que poblaron el territorio han dejado pruebas de haber practicado este arte con maestría y en una gran variedad en todas sus manifestaciones. Las piezas más antiguas que se han encontrado hacen presumir que el oficio se inició hacia 900 a.C. en las zonas aledañas a la desembocadura del río Orinoco. Posteriormente, grandes tradiciones alfareras se asentaron en todo el territorio. Los primeros pobladores del Bajo Orinoco desarrollaron un oficio conocido como la tradición Barrancas, caracterizado por el relieve o “talla” de imágenes y el uso de motivos con formas de animales y bandas decorativas con incisiones geométricas repetidas.

Las sociedades que habitaron la costa central de Venezuela y la cuenca del lago de Valencia entre los años 800 y 600 de nuestra era cultivaron una alfarería de gran calidad estética, en la que predominaron las figuras de animales, principalmente monos y ranas, y las conocidas Venus de Tacarigua, las cuales presentan hipertrofia de la cabeza, abultamiento de la región abdominal y los glúteos, y atrofia de los pies.

Otros grandes centros creadores de alfarería se ubican en la región de Quíbor, donde predominó la producción de boles e incensarios de carácter ceremonial y particular diseño geométrico; en los Andes venezolanos donde sobresalen figuras femeninas con rostros poco expresivos; en la cuenca del lago de Maracaibo, con una alfarería de gran riqueza formal y decorativa, y en los llanos occidentales, territorio de creadores de vasijas de cuerpos biconvexos y platos de base pedestal.

 

La vida organizada

En el Neoindio, las formas colectivas para la organización del trabajo caracterizan el área del Orinoco, los llanos, la costa centroccidental y parte de la cuenca del lago de Maracaibo, donde la producción de alimentos se basa en un sistema balanceado de horticultura de la yuca, caza terrestre y fluvial, recolección de productos de ríos, lagos y del mar, y depende del cultivo de tala y quema.

En los Andes, y en general en los núcleos del noroeste de Venezuela, la organización social es más compleja y el uso de la tierra más eficiente, pues se cuenta con el manejo de técnicas y recursos hidráulicos y un control político de la población.

La inhumación deferencial que se observa en algunos cementerios sugiere una compleja vida ceremonial y una estratificación social con una estructura de poder central.                                                                                                                                                                           

No hay comentarios:

Publicar un comentario